MIREIA

¡Buenos días! ¿A vosotros no os pasa que a veces tenéis rutinas que os encantan y que por muchos días, semanas o meses que pasen nunca perdéis? Es como si ese hecho formara parte de tu vida. Pues hoy os confesaré la mía. Me encanta levantarme por la mañana y desayunar mis galletas junto con mi taza de té caliente. Muy caliente.

 

Esta vez he querido innovar y traer a la mesa unas galletas diferentes, juntando dos de los dulces que más me gustan; las galletas y la tarta de queso. Tienen mucho sabor gracias a la unión de todos los básicos de la tarta de queso americana como es la fresa, el queso y las galletas espolvorizadas. Os van a robar el corazón al primerísimo bocado. Lo prometo. En casa volaron en pocos segundos, o sea que ese día todo el mundo se apuntó a seguir mi rutina y desayunar galletas.

 

¿Vamos a la receta?

 

Cheesecake Cookies

250 gramos de mantequilla pomada
200 gramos de queso crema (Philadelphia)
150 gramos de azúcar blanco
1 huevo
325 gramos de harina
1 cucharadita levadura química
1 pizca de sal
5 galletas María
50 gramos de fresas deshidratadas

 

Preparación:

Lo primero que haremos será triturar las galletas maría hasta que queden polvorizadas, es decir, polvo. Cortaremos las fresas a trozos pequeñitos y lo reservaremos.

En un bol empezamos a batir la mantequilla pomada con el azúcar hasta que obtengamos una crema. A continuación le añadiremos el huevo que previamente lo tendremos un poco batido y seguiremos batiendo hasta que se integre y seguidamente añadiremos el queso crema (debe estar a temperatura ambiente) y batiremos a velocidad media-alta.
En otro bol tamizaremos todos los ingredientes secos: harina, sal i levadura química. Iremos añadiendo los ingredientes secos a nuestra mezcla anterior. Yo este paso lo he divido en tres veces para evitar que se me formarán grumos de harina. Una vez esté todo integrado, batiré durante 1 minuto a máxima velocidad. Por último, añadimos las fresas y la mitad de las galletas polvorizadas. Mezclamos con una espátula.

Formamos un rulo con nuestra masa envuelta con papel film y lo dejaremos reposar unos 30 minutos a la nevera. Pasado este tiempo, cortaremos de forma circular nuestras galletas y las dejaremos encima de la bandeja de horno. Antes de hornearlas, les pondremos un poco de polvo de galletas por encima para que queden muy crujientes. Yo he hecho cortes un muy gruesos porque a mí me gustan las galletas delgaditas y bien crujientes pero si queréis unas galletas más gruesas hacer cortes más gruesos de masa.

Horneamos unos 15-20 minutos a 180ºC. Dejar enfriar en una rejilla de horno y listas para comer.
Estas galletas con sabor a tarta de queso son súper esponjosas y cremosas, nada pesadas.

 

¿Quién me roba una?